¿ Qué significa una educación Siddha y qué diferencias hay con otro tipo de educación?

La educación ha sido siempre una preocupación para el Ser humano. La educación se ha usado y se sigue usando como un elemento al servicio de los requerimientos productivos de la sociedad. Siempre se buscan métodos educativos que mejoren el rendimiento de los niños. En algún momento quedó en el olvido que la esencia del ser humano es la Felicidad, y que cualquier sistema educativo debería estar al servicio de la Felicidad, que es nuestro verdadero estado y nuestra verdadera naturaleza.

La educación que reciben nuestros hijos, es una educación obsoleta, que compartimenta a la persona y que invisibiliza a su Ser. Es una educación parcial, donde lo fundamental es el desarrollo cognitivo. La educación hasta ahora se ha centrado en aspectos cognitivos de la persona obviando todos los demás aspectos. La educación está buscando caminos para el desarrollo integral de la persona. La persona se define como un ser biopsicoemocinal-espiritual. Por tanto la educación debe abordar:

  • El desarrollo físico
  • El desarrollo mental o cognitivo.
  • El desarrollo emocional.
  • El desarrollo social, la participación en la comunidad, la noción de servicio y de misión.
  • El desarrollo psíquico.
  • Y finalmente el desarrollo espiritual.

Sin embargo, todas las educaciones que hay en la actualidad, llámense pedagogías alternativas, no directivas, aunque han cambiado la forma en que se produce el proceso de aprendizaje, y están centradas en el niño, es él el que decide qué, cómo y cuándo aprender con diferentes grados de libertad. Atienden sólo al aprendizaje que distingue entre el que conoce y el objeto que se conoce. Son positivas porque mantienen intacta la alegría del Ser interior, y no obstaculizan el proceso de búsqueda de la persona, pero no indican el camino para descubrir el Ser, como un estado de Gozo permanente que no depende de acontecimientos internos o externos. Yo suelo utilizar una metáfora con la agricultura, la educación tradicional es como la agricultura tradicional ahoga al niño, echa tantos pesticidas que las personas se acaban desconectando interiormente. La educación no directiva, y entre ella hay varias opciones, es como la agricultura ecológica, mantiene encendida la llama de la búsqueda de aquello que somos, porque se cuida y se respeta desde el comienzo el ser de la persona, se busca dónde están los intereses de los niños y sus necesidades y el maestro acompaña a los niños en ese desarrollo, se busca la autonomía de la persona desde el comienzo. Pero toda esa siembra está centrada en el desarrollo físico, emocional, mental, cognitivo, y tiene como objeto lo externo. Y trabajan con la identificación de las necesidades y deseos de la persona. El Ser es algo más que esa identidad psíquica-física, es un estado de consciencia libre de deseos, y esto es lo que se trabaja en el Vasi Yoga.

Todos los movimientos educativos que han intentado reformar la educación, y a pesar de estar centrados en el niño, en su desarrollo, en sus necesidades, en la autonomía y la libertad de decidir, hacen personas más felices, más cooperativas, más conectadas consigo mismas, pero no abordan cómo llegar a un estado de consciencia libre de pensamientos, emociones, y no indican el camino para liberarse definitivamente del “ego” y del funcionamiento de nuestra propia mente. Se trata de disolver eso que llamamos identidad. Los Siddha yoguis, que son los padres del yoga demostraron y probaron cómo podía llegarse a nuestra esencia, todos ellos se iluminaron, es decir, adquirieron de forma permanente ese estado de Dicha Absoluta, y muchos de ellos escribieron en forma de versos las experiencias y la forma de llegar a dicha liberación.

Una verdadera educación es un camino de búsqueda y retorno hacia el Ser. La verdadera educación es el camino hacia la consciencia pura, hacia nuestra naturaleza que los Siddha yoguis definen y experimentan como un estado de Gozo Permanente.

Como afirman los Siddhas existe una educación real, la que te lleva a ese estado de Felicidad Permanente (lo que ellos llaman estado de Siva), y sólo esa educación ellos la definen como verdadera educación porque te libera de las ataduras de pensamientos, emociones, hábitos de forma definitiva. Ellos se refieren a este conocimiento o sabiduría como conocimiento espiritual, y esto lo denominan como la verdadera educación.

Porque todo el resto de conocimiento que aprendemos se refiere al mundo exterior y es profundamente cambiante y transitorio. En todas las actividades que realizamos, la semilla que alienta nuestra escuela es llegar a recordar esa estructura profunda que no puede ser aprendida. La estructura del Ser que sólo puede ser captada o vivenciada. Por ello nuestra escuela usa como método para llegar a la Realidad del Ser, un conjunto de técnicas que actúan sobre las estructuras profundas de la persona. Nos ayuda a educar para Ser y se inserta en una educación holística, que implica el desarrollo de todas las potencialidades de la persona. El desarrollo pleno de la persona en todas sus facetas: nivel cognitivo, emocional, intuitivo, espiritual… se trata de que las personas podamos reconocer nuestro ser interior, podamos conocer nuestro rostro original, podamos conectarnos a nuestro ser interior, y no desconectarnos del mismo a medida que vamos creciendo.

Como afirma Wilber en su libro “el proyecto Atman”, una visión desde la psicología transpersonal”, la meditación es un camino sostenido hacia la trascendencia. Es el camino de la construcción de la consciencia Pura, que no es otra cosa que un estado de Gozo permanente. Y este camino nos lo muestran los Siddha yoguis.


 

Quiénes pueden acompañar este proceso.

La persona que tiene un compromiso con lo que los Siddhas denominan arrupadai. El arrupadai es mostrar el Camino de los Siddhas para que otros puedan evolucionar. Se requiere un constante acto de entrega hacia los niños, puesto que es una persona que ayuda a mantener la llama interior de cada niño encendida para que pueda lograr un estado de felicidad interior permanente.

También se  requiere una persona con conocimiento sobre la sabiduría de los Siddhas, una persona con compromiso de mostrar a otros el camino de los siddhas, una persona que practica dicha sabiduría. Lo más importante que puede compartir un maestro es el estado interior de silencio que se traduce en un flujo continuo de amor hacia los otros, y que impregna la acción de educar.

Un maestro es alguien que guía y apoya al niño y le da soporte para llegar a su Ser interior. La sabiduría del Ser de la que hablaron los Siddhas, no es algo que se pueda aprender mediante el uso del lenguaje y del pensamiento.