Hace poco me llegó un libro muy cortito de la escritora estadounidense Rachel Carson, llamado “El sentido del asombro”. Esta autora fue bióloga, fue la autora de otro libro muy famoso para su época llamado Primavera silenciosa, que marcó el inicio de lo que hoy se llama ecologismo moderno.
Pero no quiero seguir ahondando en este aspecto. El libro me llamó la atención por el título. En él Rachel Carson habla del valor de conservar y fortalecer este sentido de sobrecogimiento y de asombro, el reconocer algo más allá de las fronteras de la existencia humana. Ella se refería a la naturaleza. Pero realmente es aplicable a nuestra naturaleza profunda del Ser.
Ese asombro, ese misterio por conocer lo que realmente somos, por conocer cómo es el mundo, y qué es lo que lo sostiene. La propia existencia te hace preguntarte qué hay tras toda la manifestación.
En la educación esa capacidad de asombro y de sobrecogimiento debería madurarse y profundizarse, ya que está en lo más profundo del ser humano.
La propia Consciencia se regocijó, y se asombró sobre sí misma cuando se manifestó. Esa manifestación de la Consciencia está llena de Dicha, de Gozo, de PLENITUD.
Cuando Rachel Carson dice “Yo estoy segura de que hay algo más profundo, algo que perdura y tiene significado”, aunque ella misma no lo supiera, ese algo es la expresión de Siva, todo lo que percibimos está lleno de la inmanencia de esa Consciencia, y cuando uno observa atentamente, el alma se maravilla de la simple existencia.
En el final del libro se cuenta que el oceanógrafo Otto Petterson que murió a los 93 años, le dijo a su hijo cuando ya no le quedaba mucho tiempo para disfrutar del escenario terrenal: “lo que me sostendrá en mis últimos momentos es una infinita curiosidad por lo que sigue”.
En el camino de la evolución, todo lo manifestado y todas las circunstancias de nuestra vida ocurren para llamarnos la atención sobre esa consciencia que está siempre presente en nosotros mismos y en todo lo que nos rodea. Como dice el Siddha Tirumular “Nacemos en la Dicha y crecemos en la Dicha”. Somos como pececitos buscando agua y estamos rodeados e inmersos en el agua. La Consciencia Pura, Siva, siempre está contigo de forma inmanente y todo se articula para que uno puede despertar y esa consciencia aflore.
Que conservemos y desarrollemos el asombro en mayúsculas por conocer nuestra verdadera naturaleza, nuestra esencia como el Ser, la Consciencia Pura.