El día 26 acabamos el retiro intensivo de 10 días de Vasi yoga aquí en México.
Agradezco esta nueva familia en Mexico. No me esperaba esta sorpresa, los Siddhas siempre hablan de los devotos de los devotos de Siva. Sin devoción, sin amor, sin anhelo, no hay nada. La base de la práctica, del tapas, de la sadhana, es el anhelo profundo hacia la Consciencia. Tú sólo la atraes con aquello de lo que ella misma está hecha: la Gracia, la Dicha, el Ananda, el Amor. A Siva sólo se puede llegar por el Amor tan solo.
Anhelar es la tarea, luchar y mantenerse, la constancia. Usar todos los talentos que uno tiene para llegar a Siva y ayudar a otros. Porque todo lo hemos recibido de Siva (la Consciencia Pura) todo lo que brilla en mí y en cada uno de nosotros es el reflejo de Su perfección. No hay nada que no le pertenezca.
A mí me lo has dado todo, esta forma tan preciosa, este cuerpo y esta mente brillante.
Todo lo que sale de mí, son brillos de tu esencia, es un reflejo de tu perfección. Y no hay más.
Ayer en el zoom leímos el texto del Siddha Kudambaiticcitar, en él dice que sólo las acciones tanto buenas como malas discretamente realizadas van finalmente con quien las hace (verso 113). Sí, al final, qué más da los derroteros de esta vida, lo que acumulas, lo que posees, al final la herencia que te llevas para otras vidas son las acciones buenas y malas, lo que causa mérito y demérito. Para no volver más a encarnar, pues sólo queda el camino de la renuncia al deseo. El deseo te lleva al nacimiento. La Consciencia es tan generosa, que siempre que tengas algún deseo, te concede el cuerpo para seguir experimentando hasta el infinito.
Estaría bien recapitular y ver a qué nos hemos dedicado en esta vida, cómo es el balance, qué intenciones tienen nuestras acciones y qué vamos a hacer desde este punto en el que nos encontramos.
Abrir el corazón, es abrirse a lo que la Divinidad quiere de ti. Dale el nombre que quieras Siva, krishna, Parasiva, Paraparam. Y eso es lo que estoy viviendo aquí en México, abrirme, el verdadero hogar es la Consciencia, qué más da el escenario concreto en el que se desarrolle la función, esté donde esté mi hogar eres Tú, mi hogar está donde tú estás.
Tú eres quien me acompaña, quien me ayuda, quien me enseña, quien me corrige. Agradecida por todo.
Un ashram se mantiene por la fuerza viva de la Divinidad, un ashram se mantiene porque hay personas que se unen a esa fuerza viva, al aliento de Siva, al aliento de la Consciencia, donde el anhelo está siempre presente. Un ashram no es un edificio, no es un campo, es el lugar donde se lleva a cabo la adoración pura a la consciencia, y las personas que habitan el lugar están unidas por un amor muy especial, que traspasa distancias, están unidas por el Origen.
Ese amor es muy valioso, no tiene medida, y los Siddhas están presentes en ese Amor tan profundo por cualquiera que se vuelva hacia ellos y Siva.
Las manos son uno de los indriyas, a través de las manos ejecutamos la mayoría de las cosas que nuestra mente y nuestra alma quiera hacer y experimentar. Que nuestras manos sean las manos de Siva, que nuestras manos sólo sirvan para las acciones puras de la Consciencia.
Un ashram se mantiene por la fuerza del amor de los Devotos, ya sé que la palabra está en desuso, y que para algunas personas puede sonar rara. Pero es la fuerza de ese amor lo que sustancia ese Amor de la Consciencia. La Consciencia es Amor Puro, sin ataduras, ahí es la Cosa que no tiene apegos, ahí está la Luz Pura sin vínculo.
El ashram existe antes de que se materialice, es un acto de amor de los Devotos y del propio Siva. Es el deseo puro de los Siddhas que la tierra se llene de lugares donde las personas puedan vivir en esa unión. Gracias a todas las personas que con sus prácticas diarias mantienen la Tradición de los Siddhas Tamiles, y mantienen la pureza de los lugares que fueron creados para este fin. Que la Gracia de Siva se derrame en todos ellos. Cualquier eslabón en la cadena de la Tradición, es único.
Sé que el próximo ashram es aquí en México. Y en breve un lugar al que hay que acudir para recibir las enseñanzas, en Guadalajara.
Aum Namasivaya
